divendres, 2 de novembre del 2007

d.e.l.e.t.r.e.a.r con visceras














Miles de palabras que juguetean y seducen a la lengua.
Que crujen y se esparcen como cristales rotos en el paladar.
Cada una arrastrándose hasta la mano que gargotea histérica, a borbotones,a impulsos, quizás.
Resultando ser manchas desacompasadas sobre algo demasiado puro, demasiadodemasiado irrompible e infranqueable.
Se hartan de si mismas.
De su musicalidad monotona,quizas.


Niños tontos de ego insaciable.
Ecribimos por sentir que no sentimos solos